Architecture

New Acropolis Museum – Bernard Tschumi Architects – Grecia

New Acropolis Museum - Bernard Tschumi Architects - Grecia

New Acropolis Museum - Bernard Tschumi Architects - Grecia

Arquitecto: Bernard Tschumi Architects
Ubicación: Atenas, Grecia
Arquitecto Asociado: ARSY
Equipo de Bernard Tschumi: Bernard Tschumi; Adam Dayem, Aristotelis Dimitrakopoulos, Jane Kim, Eva Sopeoglou, Kim Starr, Anne Save de Beaurecueil, Jonathan Chace, Robert Holton, Valentin Bontjes van Beek, Liz Kim, Daniel Holguin, Kriti Siderakis, Michaela Metcalfe, Justin Moore, Joel Aviles, Georgia Papadavid, Allis Chee, Thomas Goodwill, Véronique Descharrières, Christina Devizzi
Equipo de ARSY: Michael Photiadis; George Kriparakos, Nikos Balkalbassis, Philippos Photiadis, Jaimie Peel, Niki Plevri, Maria Sarafidou, Makis Grivas, Elena Voutsina, Manoulis Economou, Anastassia Gianou, Miltiadis Lazaridis, Dimitris Kosmas
Structuras: ADK and ARUP
Mecanicas y Electricas: MMB Study Group S.A. and ARUP
Ingenieria Civil: Michanniki Geostatiki and ARUP
Acustica: Theodore Timagenis
Iluminación: ARUP, London
Constructor: Aktor
Área de ProyectoProject Area: 21,000 m²
Año Proyecto: 2003-2009
Fotografías: Bernard Tschumi Architects

Diseñado por Bernard Tschumi, unos de las personas más respetadas por esta casa, siendo uno de los principales mentores intelectuales de casi todo el staff de Simbiosis News, realiza este proyecto  dando fin así, a un largo periplo que se inicia en 1976, con el llamado al primer concurso para diseñar un Nuevo museo para la Acrópolis, el que fue  limitado solo a participantes griegos. Tanto este concurso como el segundo realizado en 1979 fueron declarados nulos por problemas con el lugar escogido.

Mas después del salto…

En 1989 se realiza un tercer concurso, esta vez abierto a concursantes internacionales, con tres lugares diferentes para escoger donde ubicar las propuestas. Los ganadores fueron los italianos Nicoletti y Passarelli. Las obras se iniciaron en 1990 pero a poco andar fue necesario suspenderlas, al encontrarse un sitio arqueológico mientras se hacían las excavaciones para las fundaciones.
Esta situación se prolongó hasta 1999, cuando el gobierno decretó la anulación del concurso. En el año 2001 se llamó a un nuevo concurso internacional, en cuyas bases se omitió la preservación del sitio arqueológico, situación que se revierte por presión de los propios concursantes. Se especificó entonces, la necesidad de que el museo estuviera sobre pilares para evitar dañar el sitio. Este concurso se hizo por invitación y fue ganado por el arquitecto suizo-norteamericano Bernard Tschumi, quien fuera el decano de arquitectura en Columbia. En el proyecto colaboró el arquitecto griego Michael Photiadis.

Las excavaciones revelaron una serie de casas y tiendas de la época clásica y bizantina temprana. Fue necesario realizar un estudio estratigráfico para identificar lugares donde poder colocar las fundaciones que soportan el museo. Estos penetran el suelo hasta llegar a la roca y flotan en un sistema de rodamientos capaces de soportar un terremoto de magnitud 12 en escala Richter.

Los rodamientos SIP de movimiento planetario, fueron fabricados por la firma Maurer Sohne de Alemania y corresponden al sistema SIP (Sliding Isolation Pendulum), o péndulo de aislamiento de deslizamientos. Este sistema evita los desplazamientos laterales mediante una placa deslizante que absorbe energía por fricción, mientras que un rodamiento impide que se mueva la estructura en un evento sísmico, al aislarlo del suelo. El rodamiento actúa además con un efecto de péndulo, utilizando el propio peso muerto del edificio para mantenerlo centrado.

No todos los atenienses se han manifestado satisfechos con el Nuevo museo, muchos critican que esté ubicado en medio de una zona residencial de baja densidad, “pareciera que un OVNI de dimensiones titánicas, se hubiera posado bajo la Acrópolis, arrasando las construcciones aledañas” dice el escritor Nikos Dimos. Pero en general, el nuevo museo ha sido acogido con entusiasmo por la ciudad y en particular porque ven en él, la posibilidad de iniciar una gestión exitosa ante el Museo Británico, para la definitiva devolución de los frisos del Partenón.

Si bien la sala del nivel superior, dedicada a los frisos del Partenón, es la coronación del museo, deja muy en claro – a través de copias en mármol azul y de hologramas intencionalmente borrosos – que la mayor parte del friso no está en Grecia. A principios del S.XIX, Thomas Bruce, 7º Lord Elgin, nombrado embajador de Inglaterra ante el Imperio de la Puerta Sublime, como se conocía al Imperio Otomano, utilizó sus influencias para obtener un permiso para “remover una piedras con inscripciones y figuras” desde el Partenón. En 1801, bajo su directa supervisión, una inmensa cantidad de mármoles esculpidos por Fidias 25 siglos antes, fueron cortados y llevados a Inglaterra. En 1816, Elgin cayó en bancarrota y ofreció en venta los mármoles al Museo Británico por 35 mil libras de la época. Hasta estos días, 56 de los 96 mármoles que componen el friso, están en Londres.

El argumento inglés para no devolver los mármoles, fue que no existía en Grecia la capacidad para poder guardar y exponer las piezas adecuadamente. Hoy  día, al inaugurarse el museo de Tschumi, los atenienses ven en él la refutación a esta argumentación, y esperan poder tener de regreso esta valiosa parte de su historia.

Los desafíos de diseñar el Nuevo Museo de la Acrópolis, comienzan con la responsabilidad de albergar las esculturas más dramáticas de la antigua Grecia. Esta extraordinaria colección dio forma al programa de la obra, aún antes de haberse escogido un lugar para la construcción. Posteriormente, la ubicación seleccionada para el edificio levantó una polémica que repercutió en  el diseño del museo.

El lugar escogido, a los pies de La Acrópolis, contenía un sitio de excavaciones arqueológicas muy delicadas, así como con la presencia de la ciudad contemporánea y su traza urbana. A todo esto se le suma la presencia del propio Partenón, uno de los edificios que más han influido en la cultura occidental. Si esto lo combinamos con un clima caluroso y un terreno inestable por los terremotos, el diseño del museo necesariamente nos pareció que debía ser de gran simplicidad y precisión, acorde con la claridad de los conceptos matemáticos de la Grecia antigua.

El edificio en su totalidad tiene 21.000 m² construidos de los cuales 14.000 m² están destinados a salas de exhibición. El costo fue de 130 millones de Euros, cofinanciado por el gobierno Griego y el Fondo Para el Desarrollo Regional Europeo (ERDF).

La misión del museo es la de albergar la totalidad de las obras exhibidas hasta 2008 en diferentes museos e instituciones en Atenas, de modo de poder entregar una visión coherente de la cultura helénica relacionada con la Acrópolis y sus alrededores, que abarca desde el siglo 7º AC (en las excavaciones arqueológicas), hasta finales de la época antigua.

El edificio se complementa con 7.000 m² de jardines, un café, un restaurante, tiendas, un auditorio para 200 personas y una sala multimedia para realidad virtual.

Los trabajos se iniciaron en 2003 y se abrió al público en Junio de 2009.

You Might Also Like

No Comments

    Leave a Reply