Desde hace bastante tiempo que en internet está circulando este artículo escrito por Annie Choi y publicado en PIDGIN, la revista digital de arquitectura de Princeton. Como ya me ha llegado varias veces al mail, y dado el alto interés que ha generado me pareció prudente comentárselos formalmente para que aquellos que no lo tenían lo vean y los que ya lo vieron sepan cual es su origen si no lo saben, pero como notros los arquitectos lo sabemos todos pues seguro ya lo habrán leído por allí antes que yo me decidiera a mandárselos después de haberlo leído en octubre de 2007. El artículo ha sido publicado en varias revistas de arquitectura, dejando a pocos arquitectos indiferentes (quienes ya han enviado muchísimas réplicas al mail de la autora). También lo vi por allí en una revista de Abitare así que debe estar en muchas otras o estuvo porque ya es bastante viejo.
El artículo a mi parecer es una caricatura de nosotros mismo pero a un grado elevado de descaro y desfachatez. El mismo recopila apreciaciones que muchos ya hemos escuchado, en un tono bastante divertido. No se lo tomen demasiado personal y léanlo con humor sin stress como dice una amiga mía que es medico en Los Angeles , “not all architects understand irony or humor, this is because they are not humans.” “no todos los arquitectos comprende la ironía o el humor, eso es porque ellos no son humanos”
Si bien está el artículo está inglés, espero que no sea problema para que lo lean, en el caso contrario ya anoche me tome la molestia de traducirlo y pues perdí unos minutos más de sueño.
Saludos de un arquitecto orgulloso de serlo y de ser así….que sería de ustedes sin nosotros.
maxx
Dear Architects, I´m sick of your shit
Once, a long time ago in the days of yore, I had a friend who was studying architecture to become, presumably, an architect.
This friend introduced me to other friends, who were also studying architecture. Then these friends had other friends who were architects – real architects doing real architecture like designing luxury condos that look a lot like glass dildos. And these real architects knew other real architects and now the only people I know are architects. And they all design glass dildos that I will never work or live in and serve only to obstruct my view of New Jersey.
Do not get me wrong, architects. I like you as a person. I think you are nice, smell good most of the time, and I like your glasses. You have crazy hair, and if you are lucky, most of it is on your head. But I do not care about architecture. It is true. This is what I do care about:
* burritos
* hedgehogs
* coffee
As you can see, architecture is not on the list. I believe that architecture falls somewhere between toenail fungus and invasive colonoscopy in the list of things that interest me.
Perhaps if you didn’t talk about it so much, I would be more interested. When you point to a glass cylinder and say proudly, hey my office designed that, I giggle and say it looks like a bong. You turn your head in disgust and shame. You think, obviously she does not understand. What does she know? She is just a writer. She is no architect. She respects vowels, not glass cocks. And then you say now I am designing a lifestyle center, and I ask what is that, and you say it is a place that offers goods and services and retail opportunities and I say you mean like a mall and you say no. It is a lifestyle center. I say it sounds like a mall. I am from the Valley, bitch. I know malls. Architects, I will not lie, you confuse me. You work sixty, eighty hours a week and yet you are always poor. Why aren’t you buying me a drink? Where is your bounty of riches? Maybe you spent it on merlot. Maybe you spent it on hookers and blow. I cannot be sure. It is a mystery. I will leave that to the scientists to figure out.
Architects love to discuss how much sleep they have gotten. One will say how he was at the studio until five in the morning, only to return again two hours later. Then another will say, oh that is nothing. I haven’t slept in a week. And then another will say, guess what, I have never slept ever. My dear architects, the measure of how hard you’ve worked and how much you’ve accomplished is not related to the number of hours you have not slept. Have you heard of Rem Koolhaas? He is a famous architect. I know this
because you tell me he is a famous architect. I hear that Rem Koolhaas is always sleeping. He is, I presume, sleeping right now. And I hear he gets shit done. And I also hear that in a stunning move, he is making a building that looks not like a glass cock, but like a concrete vagina. When you sleep more, you get vagina. You can all take a lesson from Rem Koolhaas.
Life is hard for me, please understand. Architects are an important part of my existence. They call me at eleven at night and say they just got off work, am I hungry? Listen, it is practically midnight. I ate hours ago. So long ago that, in fact, I am hungry again. So yes, I will go. Then I will go and there will be other architects talking about AutoCAD shortcuts and something about electric panels and can you believe that is all I did today, what a drag. I look around the table at the poor, tired, and hungry, and
think to myself, I have but only one bullet left in the gun. Who will I choose?
I have a friend who is a doctor. He gives me drugs. I enjoy them. I have a friend who is a lawyer. He helped me sue my landlord. My architect friends have given me nothing. No drugs, no medical advice, and they don’t know how to spell subpoena. One architect friend figured out that my apartment was one hundred
and eighty seven square feet. That was nice. Thanks for that.
I suppose one could ask what someone like me brings to architects like yourselves. I bring cheer. I yell at architects when they start talking about architecture. I force them to discuss far more interestingtopics, like turkey eggs. Why do we eat chicken eggs, but not turkey eggs? They are bigger. And people really like turkey. See? I am not afraid to ask the tough questions.
So, dear architects, I will stick around, for only a little while. I hope that one day some of you will become doctors and lawyers or will figure out my taxes. And we will laugh at the days when you spent the entire evening talking about some European you’ve never met who designed a building you will never see because you are too busy working on something that will never get built. But even if that day doesn’t arrive, give me a call anyway, I am free.
Yours truly,
Annie Choi
Queridos arquitectos, estoy enferma de su mierda
Hace mucho tiempo cuando estaba en la escuela, tenía un amigo que estudiaba arquitectura para ser, obviamente; arquitecto.
Este amigo me presentó a otros amigos, que también estudiaban arquitectura. Después estos otros amigos tenían otros amigos que eran arquitectos – arquitectos verdaderos que hacían arquitectura verdadera como diseñar los condominios de lujo que parecen consoladores de cristal.
Y estos arquitectos verdaderos, conocían a otros arquitectos verdaderos y ahora toda la gente que conozco son arquitectos. Y todos diseñan dildos de cristal en los que nunca trabajaré o viviré y servirán solo para obstruir mi vista de New Jersey. No me mal interpreten, arquitectos. Me gustan como personas. Son agradables, huelen bien la mayor parte del tiempo, y me gustan sus lentes. Tienen el pelo medio loco, y si tienen suerte, la mayor parte esta en su cabeza.
Solo no me importa la arquitectura. De verdad. Esto es lo que en realidad me importa:
* los burritos
* los hedgehogs (conocidos también como puerco espines pequeños)
* el café
Como pueden ver, la arquitectura no está en la lista. Creo que la arquitectura queda en alguna parte entre el hongo de una uña de un dedo del pie y alguna colonoscopía invasora en la lista de las cosas que me importan.
Quizás si no hablaran tanto de ella, me importaría. Cuando señalan a un cilindro de cristal y dicen orgullosos, hey en mi oficina diseñamos eso, solo puedo reír nerviosamente y decir !parece un dildo! Voltean su cabeza con repugnancia y vergüenza. Y piensan, ella obviamente no entiende. ¿Ella que sabe? Es solo una escritora. Ella no es arquitecto. Seguro respeta las letras, y no los falos de cristal. Y luego salen con que ahora están diseñando un “lifestyle center”, y yo pregunto ¿que carajos es eso? y dicen que un lugar que ofrece mercancías y servicios al menudeo y yo digo: ah como un “mall” y entonces dicen no! Es un “lifestyle center”. Digo suena como un mall ¿no?
Los arquitectos, no mentiré, me confunden. Trabajan sesenta, ochenta horas a la semana pero son siempre pobres. ¿Por qué no me invitan un trago? ¿Dónde está su generosidad? La gastaron quizá en merlot. Lo gastaron quizá en putas. No lo sé. Es un misterio. Le dejaré eso a los científicos. A los arquitectos les encanta discutir cuánto han dormido. Uno dirá que estuvo en el estudio hasta las cinco de la mañana, y salió sólo para volver dos horas más tarde. Pero otros seguramente dirán, eso no es nada. Yo no he dormido en una semana. Y entonces algún otro seguramente dirá: yo nunca he dormido. Mis estimados arquitectos; no hay relación alguna entre el que tanto has trabajado y que tanto has dormido. ¿Han oído hablar de Rem Koolhaas? Él es un arquitecto famoso. Sé que lo es, porque ustedes lo dicen. He oído que se la pasa siempre durmiendo.
Él, seguramente estará durmiendo ahora. Y también he oído que siempre termina su trabajo. Y también he oído que en lugar de estar haciendo un dildo de cristal, está construyendo una gran vagina de concreto. Es decir, si durmieran más, obtendrían vaginas. Deberían aprender algo de Mr. Koolhaas. La vida es difícil para mí, entiende por favor. Los arquitectos son una parte importante de mi existencia. ¿Me llaman a las once de la noche para decirme que acaban de salir del trabajo, y que tienen hambre?
Escucha, es prácticamente medianoche. Yo comí hace horas. Hace tantas horas que, de hecho, ya tengo hambre otra vez. Tan es así, que iré. Iré y seguramente habrá otros arquitectos hablando de atajos de AutoCAD y paneles eléctricos y alguien dirá “puedes creer que es todo lo que lo hice hoy?” Los miro alrededor de la mesa a los pobres, cansados, y hambrientos, y pienso; solo me queda una bala en la pistola. ¿A quién elegiré?
Tengo un amigo que es doctor. Él me da medicinas y drogas. Las gozo. Tengo un amigo que es abogado. Él me ayuda a demandar a mi arrendatario. Mis amigos arquitectos no me han dado nada. Ni drogas, ni consejo médico, y ni siquiera pueden deletrear citatorio. Un amigo arquitecto calculó que mi apartamento era como de ciento ochenta y siete pies cuadrados. Muy bien. Pues…gracias.
Supongo que alguien se podría preguntar que le atrae de alguien como yo a los arquitectos como ustedes. Yo les pongo la alegría. Les grito cuando comienzan a hablar de arquitectura. Los obligo a discutir asuntos mucho más interesantes, como los huevos del pavo. ¿Por qué comemos los huevos del pollo, pero no los huevos del pavo? Si son más grandes. Y a la gente realmente le gusta el pavo. ¿Ven? Yo no tengo miedo de hacerles preguntas fuertes.
Así que, queridos arquitectos, seguiré por aquí, pero solo por un rato. Espero que algún día alguno de ustedes se conviertan en doctores o abogados o que al menos puedan ayudarme a calcular mis impuestos. Y nos reiremos de aquellos días en los que te pasaste la tarde entera hablando de algún europeo que nunca conociste que diseñó un edificio que nunca verás porque estas demasiado ocupado en algún proyecto que nunca será construido. Pero aunque ese día nunca llegue, llámenme de todos modos, yo estaré disponible.
Sinceramente,
Annie Choi
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